viernes, 26 de agosto de 2022

El Choconazo desde el arte

 

El Choconazo desde el arte

El Choconazo desde el arte | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El recuerdo de estos acontecimientos históricos se hará, este año, a partir de actividades artísticas: canciones, exposiciones, lectura de textos, redenominación de calles. El programa comenzará hoy a las 10.30, en la villa temporaria.

Gerardo Burton

geburt@gmail.com

Es 1969; los cinco mil obreros que trabajan en El Chocón levantan presión. La obra de la represa que están construyendo sobre el río Limay se ejecuta en condiciones precarias: poca seguridad, bajos salarios, horarios extenuantes. En la villa hay neuquinos y hay gente de todas las provincias, de Chile. Un cura obrero escribe en abril de ese año un poema que es una crónica y a la vez una denuncia. Contar la realidad a veces es eso, denuncia:

 Puede que se llame Juan

o algún otro nombre de ésos

que identifican en gris

a los hombres con el suelo

 

Un apellido de tribu

se entorna en el entrecejo

Puede que sea Antinao

Maripil o Meliqueo

 

Un apellido de noble

de cazador y de dueño

se le empobrece en el rostro

curtido de jornalero.

 

Ojos y voz de muchacho

pero unos hombros de viejo

de tanto hincharlos al ñudo

pa’ que ganen los ajenos.

 

Las manos como dos garras

que arañan en su silencio

van devolviendo uno a uno

los “a cargo” del ingreso.

 

La pala, el pico y el casco;

el catre de lona y hierro

donde mal durmiera el hombre

sus pocas horas de sueño.

 

Anoche se emborrachó

y el vino se le hizo un fuego

que le encendió la bravura

señorial de los ancestros

 

Vaya a saber cómo él mismo

comprendió su desencuentro

pero se ha dicho, seguro

¡no aguanto más! ¡no hay derecho!

 

A mí no me engrupen más

con el cuento del progreso

con eso de que trabaje

pa’ enriquecer nuestro suelo.

 

Si éste que nos pertenece

es cada vez más ajeno

y yo mismo que era mío

cada vez más tengo dueño.

 

Vaya a saber cómo fue

que se dijo en sus adentros,

el caso es que esta mañana

bajó a la planta, mañero.

 

Y no faltó la ocasión

de un capataz altanero

que le gritara un ¡inútil!

al enredarse en un yerro.

 

Se le abalanzó de un salto

según dicen, al pescuezo;

y si no se lo sacan,

el otro no cuenta el cuento.

 

Ahora, ahí está; a cada cosa

que entrega, le van doliendo

los pesos que le darán

cuando lo estén despidiendo.

 

Por la plata que reciba

se sentirá más ajeno,

él, que era juan, o algún nombre

y un apellido de dueño.(“Descargo”, Pascual Rodríguez, El Chocón, abril 1969)

El descontento va a terminar en conflicto. A finales de ese año se produce el primer gran paro, tras el despido de los cuatro delegados elegidos por los trabajadores: Antonio Alac, Armando Olivares (ver enlace) y Adán Torres. Ni la empresa –Impregillo-, ni el poder político medirán las consecuencias. Tampoco el sindicato de albañiles, que conduce en esos años el dirigente participacionista Rogelio Coria. El conflicto, que tuvo dos grandes huelgas y se conocerá luego como “Choconazo”, contribuirá a la caída del hasta entonces omnímodo general Juan Carlos Onganía, presidente por la Revolución Argentina que, golpe mediante, gobierna el país desde 1966. Se la va a recordar como una de las huelgas más importantes de la historia política argentina (ver enlace(ver enlace).

La primera huelga, de cuatro días, se produce cuando la empresa despide a los delegados y rechaza el documento entregado por los trabajadores. El papel cuestiona las malas condiciones de trabajo, la falta de seguridad que ya causó muertos y heridos; las precarias viviendas -hacinamiento en el pabellón de solteros, falta de agua, incomodidad para llegar a los lugares de trabajo-; malos tratos de los capataces italianos y bajos sueldos. Ni el sindicato encabezado por Coria, ni el gobernador neuquino, Rodolfo Rosaura, atienden los reclamos. En cambio, la Iglesia católica conducida por Jaime De Nevares organiza mecanismos de ayuda y respaldo a los huelguistas. A los pocos días, los despedidos fueron reincorporados y al mismo tiempo reelectos masivamente como delegados.

Sin embargo, las condiciones de explotación subsistirán, y al año siguiente se producirá la segunda huelga, tras el intento de los gobiernos nacional y provincial y las conducciones sindicales oficialistas, de descabezar la comisión interna de la obra. En efecto, luego de participar, a finales de enero de un congreso de sindicalismo clasista convocado por Agustín Tosco en Córdoba, la Uocra expulsará a los díscolos por “inconducta gremial” y los delegados serán despedidos otra vez. Una dotación de 800 gendarmes y policías reprimirá a los obreros y encarcelará a Alac, Olivares y al cura obrero Pascual Rodríguez, que quedarán a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. Años después, Olivares dirá, en una conversación con el periodista Oscar Sarhan:

 Fue masiva la participación popular en solidaridad con la huelga. Se hacían caravanas de vehículos deteniéndose en el camino para hacer actos, en los que arengaba Sara Garodnik de Mansilla. En la capilla del barrio Bouquet Roldan, a cargo del cura (Héctor) Galbiatti, había una comisión juvenil encabezada por Asencio Paynemil, que iba casa por casa pidiendo mercadería. También se hacía en otros barrios. La CGT de Neuquén, que se terminó de estructurar en esos días, hacía reuniones en solidaridad y sacaba comunicados de prensa. Algo parecido en el movimiento estudiantil donde se formó el primer centro de estudiantes universitarios”.

El obispo De Nevares, apoyado por organizaciones de la sociedad neuquina, conseguirá la liberación de los detenidos (ver enlace). En las negociaciones, será rechazado Felipe Sapag que, reemplazando a Rosauer en el gobierno, quiere mediar en el conflicto (ver enlace).

Esta nueva huelga durará casi cuarenta y cinco días, tras los cuales serán liberados los detenidos. Durante el conflicto, fue fundamental el papel que desempeñaron las mujeres en la logística que sostuvo la huelga, en la atención de los trabajadores, en la organización de la resistencia y en la comunicación interna y con el exterior. Otra vez Olivares:

Fue importante la participación de las mujeres. Eran esposas de obreros especializados y capataces a los que se les dio casas. Eran unas diez mujeres, lideradas por Ana Egea de Urrutia. La principal tarea de ellas era la olla popular, donde también participaban muchos hombres. Era un lugar de reunión donde se hablaba de la marcha de la huelga. Ana, como buena militante, trataba de mantener alto el ánimo de los compañeros. A veces se transformaban en un piquete de mujeres para presionar a los obreros que intentaban volver a trabajar. Ana era una militante inquebrantable y un estímulo para los compañeros”.

Finalmente, el 13 de marzo de 1970, la última asamblea decidirá levantar la medida de fuerza…

El año pasado se cumplieron cincuenta años de esos acontecimientos en medio de la primera fase de la pandemia del Covid-19. Este año, el recuerdo y homenaje se harán hoy a partir de las 10.30, en la villa temporaria.

En esta oportunidad, habrá una serie de actividades que abordarán la historia del Choconazo desde el arte. La organización y producción están a cargo del periodista y escritor Oscar Sarhan. Participarán la cantante Marina Pacheco y el músico Sergio Aguirre, con una canción compuesta a partir del poema de Pascual Rodríguez reproducido más arriba. Rodríguez murió en junio de 2007, y el texto fue cedido por su viuda, Margarita Labourdette para este homenaje.

Sarhan escribió un monólogo que interpretará la actriz Teresa Barrionuevo, titulado “Dominga, viuda de El Chocón”, que toma la voz de la mujer para relatar la muerte del trabajador y su regreso, con sus hijos, a Tucumán donde, dice el texto, “cada tanto, un aire tibio me trae recuerdos de estos cerros colorados. Trabajaba para Sollazo. Tenía 42 años. Se llamaba Ramón Mardonio Pacheco. Era obrero, mi negro fiero”.

Además, el poeta Rafael Urretabizkaya leerá textos propios y habrá una muestra fotográfica denominada “Chocón-Senillosa, 47 kilómetros” del reportero gráfico Pablo López, constituida por 25 retratos de ex obreros de la represa en la actualidad.

En simultáneo se expondrán fotografías de la época del Choconazo, con testimonios históricos tomados del libro homónimo del historiador Juan Quintar (ver enlace). Estas actividades se desarrollarán en el Centro de Convenciones Cultural y Social Pascual Rodríguez. Previamente, las autoridades comunales encabezadas por el intendente Nicolás di Fonzo invitarán a los presentas a descubrir placas recordatorias y a la redenominación de las calles con los nombres de los dirigentes mencionados y de Ana Egea.



FUENTE: https://vaconfirma.com.ar/index.php?articulos_seccion_719/id_12895/el-choconazo-desde-el-arte

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